Lafayette Elementary
Una escuela diversa e inclusiva en San Francisco
En Lafayette Elementary School en San Francisco, el director Heath Caceres enfatiza al personal: “Todos tienen una discapacidad. En algún momento, todos han tenido dificultades para entender o lograr algo sin apoyo adicional”.
Es esta cultura de aceptar y celebrar las diferencias la cual ha llevado al éxito a la escuela Lafayette en el área de la educación especial. En Lafayette, los estudiantes con discapacidades son una parte integral de la comunidad y los estudiantes y el personal conversan abiertamente de sus necesidades. En esta escuela, una discapacidad se ve simplemente como una parte de la expresión única de las aptitudes y debilidades de un estudiante.
Entonces no es sorpresivo que los estudiantes con discapacidades en Lafayette rindan mejor que sus pares en otras partes del distrito y el estado. Lafayette es una de las primeras escuelas de San Francisco, establecida en 1867. Pero cuando empezó a experimentar una baja matriculación en la década de los 70s, la escuela desarrolló una variedad de programas para atraer a familias y estudiantes del barrio, incluyendo un programa dedicado a la educación especial. Hoy en día, Lafayette educa a cerca de 550 estudiantes de kínder a quinto grado, y un 16% de los estudiantes de Lafayette reciben servicios de educación especial. Aproximadamente 30 de estos estudiantes son sordos y tienen problemas auditivos.
En el año lectivo 2016-17, cerca de la mitad de los estudiantes con discapacidades de Lafayette estaban a nivel de grado en matemática y lectura, comparado a cerca de 18% de estudiantes con discapacidades en el Distrito Unificado de San Francisco (SFUSD, por sus siglas en inglés) y sólo 13% a nivel estatal. En tercer grado, la mayoría de sus estudiantes sordos y con dificultades auditivas estaban a nivel de grado y por encima en lectura y matemáticas.
En el año 2016, estos excelentes resultados le ayudaron a la escuela a ganar el “Premio de Cinta Azul”, reconociendo a escuelas que “han demostrado un mejoramiento considerable en el rendimiento de sus estudiantes de alta necesidad”.
¿Cuál es el secreto para el éxito?
Hay muchas cosas que el equipo en Lafayette hace que contribuyen al éxito de su escuela. Lo más importante: No es sólo un maestro haciendo esto sin nadie más. Todos y cada uno de los miembros del equipo trabajan juntos para ayudar a educar mejor a los estudiantes y han formado sistemas sólidos para lograrlo.
La inclusión hace sentir a todos los estudiantes bienvenidos
La inclusión define la cultura de Lafayette – tanto en palabra como en práctica. La meta de la escuela es que los estudiantes con discapacidades estén en clases de educación general con otros estudiantes lo más frecuentemente posible. Cuando uno ve la clase, es difícil saber cuáles son los estudiantes con discapacidades. Aproximadamente la mitad de los estudiantes sordos y con dificultades auditivas pasan todo su día escolar en clases y actividades de educación general, con un “maestro itinerante de sordos” o un maestro visitante que ocasionalmente ofrece instrucción especializada. El otro 50% de los estudiantes pasan cerca de la mitad del día en clases especiales con sus pares sordos y con dificultades auditivas, y la otra mitad del día en clases de educación general. Todos los años, Lafayette participa en la “Semana de la Inclusión” a nivel nacional, durante la cual los estudiantes hablan y escriben sobre lo que la inclusión significa para ellos y cómo se han sentido incluidos o excluidos.
La clave del éxito de Lafayette – invertir en maestros
Lafayette tiene más personal de instrucción con entrenamiento en educación especial que muchas otras escuelas de tamaño similar. Caceres siempre le dio prioridad a contratar maestros completamente certificados en lugar de paraprofesionales con menos entrenamiento y experiencia. Este nivel de experiencia en la escuela ha llevado a una instrucción más rigurosa.
“Esta fue una de las cosas más grandes cuando vine aquí por primera vez”, dijo Caceres. “Quería poner frente a los estudiantes a más adultos que saben lo que están haciendo”. Caceres aprovechó la flexibilidad que tenía en su presupuesto para poner más adultos en el salón. Eso significaba contratar a menos paraprofesionales y más maestros especialistas de educación especial (RSP, por sus siglas en inglés) con credencial total en educación especial.
Como resultado de ello, Caceres sostiene que los maestros de educación especial en Lafayette tienen una proporción maestro-alumno más baja que lo usual. En general, además de 22 maestros de educación general, la escuela tiene tres maestros de clases de “día especial” (clases con pocos estudiantes con discapacidades donde se provee mucho apoyo dadas las discapacidades más severas), tres RSPs, y 10 paraprofesionales. Lafayette también emplea a una variedad de otros especialistas según las necesidades de sus estudiantes en un año dado, incluyendo fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas.
Lafayette también está asociada a La Universidad de San Francisco para tener por lo menos 10 maestros en formación cada año (con 13 planeados para el año lectivo 2017-18). Esto asegura que haya suficientes adultos listos para ayudar a los estudiantes con discapacidades a medida que trabajan en el currículo. También crea una entrada para nuevos maestros que ya han desarrollado aptitudes y relaciones dentro de la comunidad de la escuela.
Lafayette también apoya regularmente el desarrollo profesional de los maestros. Los maestros – quienes regularmente observan el trabajo de cada uno y hacen comentarios. Analizan juntos el trabajo de los estudiantes en sesiones internas de desarrollo profesional y son alentados a liderar estas sesiones en las áreas en las que tienen más interés, y también van a entrenamientos externos y traen entrenadores a la escuela.
Cuando los maestros de educación general y especial colaboran, los estudiantes se benefician
Además de tres clases de “día especial” para los estudiantes que necesitan apoyo adicional fuera del salón de educación general, Lafayette tiene salones especificados de inclusión en cada grado, en los cuales los maestros de educación general y los maestros de educación especial co-enseñan. Estos maestros usan el mismo currículo y planean juntos cómo lo van a enseñar cada semana. Todos han sido cuidadosamente seleccionados para asegurar que estén preparados para trabajar juntos. También son entrenados en el enfoque “Poder de Dos”, que se concentra en formas efectivas de co-enseñanza.
La educación especial muy buena es simplemente muy buena educación
Muchas de estas estrategias hacen la instrucción más efectiva para todos los estudiantes, no sólo para los estudiantes con discapacidades. Caceres dice que esto es intencional. “Queremos que los paraprofesionales hagan esa transición de ‘sólo lo estoy educando a Peter’ a ‘estoy educando a todos’”, dijo.“ Queremos que estén pensando ‘me voy a concentrar en Peter y asegurarme de que él reciba lo que necesita, pero voy a poder tener una relación con cada estudiante en esta clase’”.
Esto también se extiende al currículo. Los maestros reciben entrenamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje (UDL, por sus siglas en inglés)–una de las prácticas en currículo más prometedoras en el área de educación especial. En lugar de adaptar el currículo sólo para estudiantes con discapacidades, este enfoque alienta a los maestros a diseñar lecciones desde el comienzo para que sean accesibles para cada estudiante. (Ver Capítulo 5 “Empieza a mi nivel y exígeme” para más
información sobre UDL).
Con el tiempo, los padres de estudiantes sin discapacidades empezaron a notar que el apoyo extra de la instrucción de educación especial también beneficiaba a sus hijos. “Tenemos muchos padres preguntándonos, ‘¿Pueden mis hijos sin discapacidades estar también en una clase co-enseñada?’”,
dijo Caceres. “Así es como se vuelve contagioso”.
El apoyo a los estudiantes es acompañado de un énfasis en la auto-representación
Aún con todo este apoyo, Lafayette también se asegura de promover la independencia de los estudiantes. Caceres sabe que para que los estudiantes con discapacidades tengan éxito académicamente en el futuro, tienen que aprender a cuidarse a sí mismos. Para preparar a estos estudiantes para el éxito a largo plazo, se concentra en darles a los estudiantes las herramientas que necesitan para ayudarse a sí mismos. “En dos años, quiero que estos estudiantes puedan sobrevivir en una clase general”, dijo Caceres. “Su discapacidad no desaparece, pero lo que necesitan de nosotros es aprender
a manejar y adaptar su propio aprendizaje con el tiempo”.
En 4° y 5° grado aproximadamente, el personal y los líderes de la escuela inician conversaciones con los estudiantes con discapacidades sobre cómo actuar efectivamente con su discapacidad aún sin apoyo extra. “En lugar de simplemente decir, ‘Necesitan esta cosa extra’ o ‘Tenemos que modificar esto más’, también quiero preguntar, ‘¿Cómo pueden controlar su propio aprendizaje?’”, dijo Caceres.